jueves, 26 de junio de 2008

Carta No. 1

Buena noche Norteño:
A través de estas líneas te saludo con toda la añoranza y el celo de mis 36 años. Espero que te encuentres muy bien y que todo marche tan igual como cuando decidiste partir. Dime, te sigue gustando comer los huevos estrellados con frijoles charros?, ya lo creo que sí. Siempre pensé en hacerme experta cocinera para que tú sólo desearas que yo te los preparara. Pero bueno, uno desea una cosa y otra muy distinta es la que nos presenta el destino. Qué has hecho en mi ausencia? alguna vez has pensado en mí? en mis ojos y su llanto? ...no lo creo.
Te preguntarás el por qué de mi misiva, pero no te asombres, sólo quiero que sepas que existo y que te pienso continuamente, algunas veces me he sorprendido mirando al vacío preguntandome el por qué de tu partida, pera aún más el silencio perpétuo al que me condenaste. Dime, pensaste que yo te juzgaría? claro que no, me diste unos años maravillosos, nunca los cambiaría por nada. Recuerdas cuando íbamos a comprar pan a la panificadora de la cuadra? eras mi orgullo, te sentía tan grande, tan mío; me protegías, me cuidabas, era tu nena. Dime sigo siéndolo a pesar de mis años?.
Quizá no recuerdes nada y yo sólo traigo un recuerdo gris a tu vida, pero por años aguardé estas líneas porque tenía miedo de hablarte y de nuevo perderte. No sé si respondas, ni siquiera sé si leerás esta carta, sólo sé que muy dentro de mí quisiera gritar que te amo con toda la fuerza del corazón y que me has hecho falta, que te busco cada noche, que te pienso en esa tarde después de un mal día de trabajo y que te anhelo cuando rememoro que me invitabas un helado de zarzamora en Coyoacán.
No te preguntaré ¿por qué te fuiste? porque ya no tendría caso, sólo quiero que sepas que cada noche, cuando cierro los ojos tu rostro viene a mi memoria y mi voz se esconde para gritarte, pero es mi corazón el que late aprisa y te tiene presente como aquella tarde que me obsequiaste mi grabadora porque era mi cumpleaños.
No te olvido ni te olvidaré, no pretendo quitarte el tiempo, sólo quiero que sepas que te amo, con mis 36 años, con mis arrugas y mi sobrepeso, con mis traumas y mis miedos, con mis risas y mis llantos, con mi hijo y mi esperanza, con mi rostro de niña, cada vez que te pienso Papá.
Te amo.
P.D.: No olvides que si necesitas algo, puedes llamarme o buscarme en casa, siempre estoy.

martes, 24 de junio de 2008

Cuando Hitler robó el conejo rosa


Judith Kerr en su libro Cuando Hitler robó el conejo rosa plasma el alma de una niña que vive la exclusión judía de Alemania en tiempos del Fürer. A través de su mirada nos permite entender las complicaciones de los adultos y la sencillez y confianza de la infancia. Un relato autobiográfico que cimbra el sentido de la incertudumbre, el qué hacer en un nuevo escenario como refugiado político, cómo actuar en un país que no corresponde a tu cultura y que provoca la fortaleza humana.

Al mismo tiempo la autora alemana permite que el lector o lectora se sienta refugiad@ y se levante ante las adversidades de la vida. No hay nada que no se pueda lograr si se cuenta con el ánimo y el ímpetu para seguir adelante. Aún en lo más atroz de la guerra se puede avisorar un rayo de entereza.

Editado por Alfaguara, con un lenguaje sencillo y rico en descripciones , Judith Kerr nos lleva de la mano por un mundo de letras atiborradas en la esencia femenina que demuestra la grandeza de ser mujer.

domingo, 15 de junio de 2008

Las pequeñas memorias

Regresar al pasado a través de la memoria permite que se reviva el momento; es como si otra vez nos encontraramos en aquel espacio. Quizá cuando se es adulto se piense sólo en ir adelante; pero de vez en cuando dar una mirada a lo que hicimos nos revienta el alma, nos apacigua la mente, nos chorrea el corazón o nos mutila la mirada.
José Saramago en "Las pequeñas memorias" nos cuenta pasajes de su vida, episodios íntimos que nos convierte en confesores de esas palabras. La alegría de la madre, los juegos en el liceo o las desgracias sufridas nos hacen ver que él como nosotros vivimos en una constante rueda de la fortuna, donde el vértigo, la risa, la emoción, el temor o la angustia deambulan contantemente. Depende de nosotros que sepamos disfrutar el juego.
Cierro los ojos y llega a mí el olor de las tortillas de harina de mamá Estela, corro al patio para jugar con Becky, Gera y Efraín. Me gusta esconderme detrás de la fuente. El aire acaricia nuestros rostros, gritamos como desaforados y nuestros corazones palpitan como si fuese una sonora orquesta. Vamos a casa, nos esperan nuestros padres.
Esas imperfecciones de la vida las resanaré con mis pequeñas memorias, dejándome llevar por la niña que fuí, como bien dice el Libro de los consejos.

jueves, 12 de junio de 2008

VItrinas de últimas cenas

"El cuerpo de la poesía
yace en la mesa
con una sombra en los ojos
pájaro de plumas tornasoles
aceitadas en el azul acuarela
de la mirada"

Mujeres y hombres transitamos por un mundo irreverente, simple, cotidiano; en el que vamos encadenando historias, momentos, voces, letras, poesías; esos actos convierten la estadía de este cosmos, en el recinto esencial para vivir. No estamos solos, dependemos de él o de ella para saciar el apetito de amar, sufrir, engañar o morir.
La poesía es una vitrina de creación abierta que se ofrece a los espectadores hambrientos de la palabra, aquellos que buscamos aplacar el hambre con nuestras querencias y con los desamores tortuosos; esa vitrina poética está abierta a otras sensaciones, se permite deambular por los rincones literarios y se implanta en las calles silenciosas, en las paredes derruidas, en la piel agrietada, en los sueños robados, en las comilonas litúrgicas donde el ser humano engulle, traga, saborea, mastica el alimento.
El alimento es la sustancia ingerida por los seres vivos, a través de él se nos brinda energía y nutrición; formamos cadenas tróficas en las que nos relacionamos entre si; siempre el más fuerte se come al débil. Pero no, no es incorrecto, “…el pez grande se traga al chico, …la lagartija grande se traga a la pequeña, …el hombre se traga al hombre…” como bien mencionaba Sabines.
Andrés Cisneros de la Cruz ofrece en Vitrina de últimas cenas una estantería de sensaciones que nos repliega como compradores fortuitos del ánimo poético; no sólo nos exhibe grafías , sino imágenes que recrean nuestra psique y nos incluye en un espacio blanco y negro donde las líneas dibujan cuerpos, rictus, bestias, humanos… láminas que exponen belleza en claroscuros, quimeras anhelantes que se asocian con vasos, tenedores, dientes, espinas dorsales, sufrimiento.
El texto tiene un formato de 13.5 por 16.5, lo cual brinda accesibilidad al lector, libre poseedor del libro puede llevarlo en la chaqueta, en el bolso, en el morral o en las manos como un ser preciado. Consta de 124 páginas, las cuales guardan el prólogo elaborado por la poeta Adriana Tafoya y remata en una guarda que sirve de separalibro con un prólogo prolongado a cargo del poeta Enrique González Rojo quien expresa que la lectura de este poemario es “un viaje al archipiélago de sorpresas”.
Con tipografía romana, que es una de las preferidas de los diseñadores gráficos, a una tinta, en papel de gramaje ligero, forma parte de la Colección Las cenizas del quemado con el número 4 de Editorial Andrógino y de la Revista Verso Destierro. En la segunda portada aparece una fotografía de Jorge Guerrero Vera que muestra una cabeza de un rumiante en el suelo y encima de ella en técnica mixta la figura de una serie de utensilios del tablajero: Gancho, cliver, filetero, tijera, martillo. Es la efigie del sacrificado. Y son las ESCENAS de Omar Soto las que nos permiten acompañar la poesía de Cisneros de la Cruz a través de la imagen; son 12 Escenas en portada e interiores.
Leer y releer las páginas de éste poemario me dice que publicar libros sí tiene futuro y sentido, hecha abajo la teoría de MacLuhan y Negroponte quienes creen que el libro desaparecerá, estos y algunos otros no se han podido enganchar con el placer, gusto, emoción, coraje que ofrece la lectura. Y aún más cuando se trata de poesía; ya que el género lírico ha sido vedado para el pueblo y ha sido encumbrado a la alta esfera intelectual. Pero, qué es la poesía sino un cúmulo de sensaciones intimistas que desnudan al individuo, lo torturan voces que llenan hojas blancas; él nos autoriza a conocerle a través de la lectura, nos permite hacer nuestra a la poesía, a interpretarla, a sufrirla, gozarla y a mimetizarla.
Vitrina de últimas cenas agrupa 27 poemas de los cuales 25 son vitrinas a los escenarios cotidianos y 2 que ofrecen visiones de los poetas a través de un gran festín: La cena.
Cada uno de nosotros se convierte en un constante espectador de vitrinas, armarios o escaparates en los que vemos expuestos el dolor, el odio, el sufrimiento, la alegría, la traición, la muerte, la sorna, el ultraje. Así, vamos comprando y adquiriendo experiencias que enriquecen y envilecen a esto que llamamos Ser humano. El lenguaje poético cambia nuestro modo de habitar y entender el mundo, Andrés Cisneros lo equipara con una gran vitrina que muestra el deseo, el enjuiciamiento, la ley absoluta, el hombre hueco o la luz tenue.
La poética de Cisneros de la Cruz ofrece al alimento como leit motif de su obra. Sí, hablamos del alimento cotidiano: carne, frijol, epazote, mole, huevo, ajo, chile, berenjena, sal, leche, salmón, melón, fideos, yogurt, lechugas o coliflores; estos elementos van haciendo bifurcaciones con las emociones y entonces nace el alimento espiritual, ese impulsor del ánimo y de la esencia inspiradora. Logra plasmar en la poesía el ritual de la preparación y degustación de la comida que tiene un gran valor simbólico, sobretodo en la familia mexicana; quienes a través de la hora de los alimentos nos amamos u odiamos, externamos las penas y alegrías que cargamos con nosotros y entre cucharada y cucharada de un plato de sopa caliente enfriamos el alma de nuestro acompañante.
En el poema Vitrina del amoroso alimento (p.20) recrea la belleza del mole verde, el escenario en que se sirve, la forma, el olor; pero sentencia que para que degustemos ese alimento “alguien asesina y alguien muere”, quién nos erigió a nosotros humanos como los cazadores y catadores de lo que aquí existe. Y muestra a la poesía como el alimento del ser humano. “¿Quién se comerá este poema?".
El poeta recrea toda una sinestesia “…los colores en las bocas se hacen oscuros / son absorbidos por glándulas mojadas” plasma el goce del acompañamiento del comensal, logra una analogía del sexo femenino y el masculino con los alimentos “las vulvas esponjadas / en la textura de las setas /o la rigidez de las zanahorias / penes erectos al margen del coito…” es el placer de morder, de observar; “ …el desgarre del cadáver / el jugo de su sangre / alimento de nuestra exquisita existencia”. (p23).
El alimento es un tema literario desde épocas remotas : La Odisea, El Satiricón, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, El Lazarillo de Tormes, Ensalada de Pollos. Y esto tiene que ver con la importancia del sentido culinario, cada región, cada país tiene sus olores, sabores, sus paladares. Viven en comunión con las múltiples situaciones cotidianas. Comemos con los ojos y aguzamos los dientes para defender nuestra ideología. El alimento se equipara con el trabajo del libro, uno es remedio para las necesidades fisiológicas y el otro es remedio del alma que cura la ignorancia.
Son diversos los escenarios en los que se expone el alimento: casas, mesas, mercados, calles, ahí nos reunimos para dar a los que queremos la savia del alimento, de nuestro goce “…todos bebamos del mismo vino / y comamos del misma esencia / para sentir que estamos / hechos de la misma / carne” (p.47).
Cada vitrina muestra visiones de lo que nosotros hemos sido o sentido, el poeta permite que nos mimeticemos en cada línea versal y duele, duele la similitud del abandono o de la mutilación.
El espacio que ha sido reservado en diversos periodos por sociedades patriarcales a la mujer: LA COCINA en el poemario ha quedado de lado, ya que aquí mujeres y hombres no son desterrados del ritual del alimento, no sólo el que prepara sino el que degusta, hombre y mujer sienten, crean diversas alquimias de humores, muerden el sabor antiguo para saber si se es feliz buscan el manjar de la alegría y envuelven el sabor del dolor.
Empleando metonimia, oxímoron, prosopopeya el poeta forma versos libres, los encadena con musicalidad; es poesía para leerse muy quedo, pero también para gritarla desde las vísceras, para romper el silencio de los comensales espectadores de los reconcomios emocionales.“No es que muera de amor, muero de ti” dice Sabines y como Andrés Cisneros morimos por la necesidad, por el hambre, nos traslada a su persona, nos modifica a un solo ser, porque cuando nuestros labios poseen las palabras, nuestra piel íntegra y la entraña emotiva recoge nuestras vivencias y las grita sin reparar en lo cotidiano de su lenguaje, porque así, así hablamos natural y con querencia, con temor y frustración cada uno de nosotros los simples mortales.
El texto nos regala el yo poético, logrando una introspección del lector, no se limita a un espacio: duerme en el vientre, espera le cena hirviente de las pociones nocturnas, mira el ardor de los pezones y devora ávido con suculento deseo ese manjar de nueces oscuras; reflexiona sobre los poetas, seres inmaculados, simples como cualquier mortal. Así es la poesía que encierran estas vitrinas, una constante conversación con nosotros mismos, las formas convencionales estéticas no le preocupan, porque su brillantez se centra en lo íntimo de su persona, en su tinte negro que profiere de vida a sus reflexiones.
Es la poesía de Andrés Cisneros de la Cruz una Vitrina a las más profundas emociones, equipara los sacros alimentos con nuestros más íntimos deseos a través de un lenguaje coloquial, que destaca nuestro vivir diario, no le teme a las voces tabúes, no espanta su universo, porque libre de prejuicios es como se puede escribir una verdad: su verdad. Recordemos que la poesía es intimidad, él nos la presenta para que ustedes y yo la interpretemos, la sintamos.
Permítanse degustar Vitrina de últimas cenas, chúpense los dedos, dense un hartazgo y cuando estén hasta el gollete sabrán que la poesía no mata de hambre y que son humanos hasta la médula.

Texto presentado en la presentación del poemario Vitrina de últimas cenas del poeta Andrés Cisneros de la Cruz en la UAFyL en Chilpancingo, Gro.

miércoles, 11 de junio de 2008

Travieso

Travieso:
A través de estas lineas electrónicas te quiero expresar que me dio un placer inmenso haber platicado contigo ayer. Sí, ya lo sé, habíamos postergado nuestro encuentro por las múltiples ocupaciones (de uno y de otro), pero recuerda que hace algunos años dijimos que siempre nos daríamos tiempo. Sé que el celular nos mantiene cerca, pero te has dado cuenta de que ha pesar de vivir en la misma ciudad a veces no nos vemos?. Y aunque sé que tu palabra está cerca es un gozo tomar café contigo. Y menciono lo del café porque siempre quieres que vayamos a cenar y pretendes que coma en demasía y yo te digo que no. Recuerda que tenemos que cumplir eso de ir al gimnasio. Podremos? Claro!!!. Hay que darnos el tiempo. Cuando íbamos por la tarde me daba mucha risa vernos por los espejos mandándonos mensajes con las miradas. Te acuerdas del León?.
Te he dicho que te quiero mucho? ...creo que no muy seguido. Eres un gran compañero de travesuras, todavía recuerdo cuando fuimos al parque e hiciste que tu amigo se sentara en la banca con pintura fresca o cuando me llevaste el ratón en una bolsa de regalo. Pareces un niño pequeño, pero me gusta que seas así.
Sé que ahora estas preocupado porque no sabes si vendrá un nuevo ser a tu familia, pero recuerda si es positivo FELICIDADES! y sino ojalá y te ayude a tomar conciencia de la protección. Sólo te diré que a tu bebé le daría mcuho gusto tener un hermanito o hermanita.
Me preguntaste que cómo andaba yo, te dije que feliz por la familia y el trabajo; aunque tú mismo adivinaste que mis cambios de humor no han desaparecido. Siempre dijiste que soy enojona! Yo?. Cómo crees, sólo que la luna hace estragos y es cuando me altero. Te dije que estoy muy enamorada. No me creíste.
Quedamos de vernos las próxima semana, pero te pido ahora ir a ese cafecito que está a un lado de la plaza, me gusta como preparan las crepas, me comeré una con una bola de helado de chocolate. Te parece si nos sentamos en las mesitas que dan a la calle? quiero ver pasar a los enamorados y a uno que otro chaval jugando con su patineta. Platiquemos de las caricaturas de nuestro tiempo y por qué no? también de nuestros sueños. Al fin y al cabo eso no va incluído en la cuenta.
Nos vemos 8:30, recuerda abrigarte. No quiero que te enfermes. Te mando un beso.
Te quiero Travieso.

lunes, 9 de junio de 2008

Junio

Junio llueve de manera triste, los árboles han bajado la mirada y por las callejuelas escurre el sopor de aquellos que andan de prisa. El cielo gris es melancólico y lejano, quizá esconde una pena que no quiere mostrar. Lamento mucho no estar allá afuera para poder mojarme y sentirlo, tal vez al tocar mi piel sienta que le quiero. La ventana abierta respira con cada gota que choca contra el asfalto; ¿será que tienen miedo de estrellarse o tendrán la certeza de su próximo camino?
Te pienso y te olvido, es tan grato el dolor de tu ausencia que los nubarrones se posan encima de mi morada para que no te abandone, creo que te protejen, o más bien se confabulan para que mi mente te aguarde. ¿Dónde estaran tus pasos? ¿cobijando un pubis? ¿resguardando una noche de insomnio? ¿espiando el día para huir de él? o tal vez veas llover como yo en esta tarde de junio.
Las luces del alumbrado salen a escena, las gotas caen de manera perpendicular, creo que temen rozar las paredes blancas del edificio de enfrente.
Mi corazón reclama por tí, no serás mío y yo no seré tuya; así como la lluvia no puede acompañar al fuego en su camino. Junio llueve de manera triste, quizá porque Mayo nunca estará junto a él.

domingo, 8 de junio de 2008

Mar adentro

Somos nosotros los unicos responsables de qué hacer con nuestra vida, algunas veces la atesoramos y trabajamos de forma inteligente, en otras cometemos errores y algunos de ellos podemos enmendarlos; sin embargo, cuando nos sucede algo de lo que no podemos dar marcha atrás y nos convertimos en seres que no se pueden valer por sí mismos qué es lo que debemos hacer. ¿Vivir o Morir? Siempre estará en debate la muerte asistida. Hoy volví a ver Mar Adentro, que narra la vida de Ramón Sampedro, un hombre español que decidió quitarse la vida porque consideraba que su atrofia no le daba vida sino una simulación de vida´; él vivió enfermo 28 años. Me gustan sus textos, muestran fortaleza. Cada quien tiene la decisión.

Mar Adentro
Mar adentro,mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo

donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.

Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.


El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.

Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más adentro'
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.

Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

Poema de Ramón Sampedro

jueves, 5 de junio de 2008

Sentimiento kafkiano

El techo se derrumbaba continuamente, las paredes crujían y sollozaban a mi lado. Arrinconado miraba a mis costados y me veía como un insecto que reclama la mirada de un humano. El polvo apacientaba mi letargo, famélico vomitaba tristeza y mis ojos hundidos se arrastraban hasta el suelo. Nada quedaba de tí en mí, sólo tu faz en mi subconsciente, difusa y perpétua, en un tono sepia que me confundía y me confirmaba como un parásito reclamando su habitat.

martes, 3 de junio de 2008

Zombie

Cuando se está lejos es muy difícil dar tu hombro a quien lo necesita de forma presta. Sin embargo, este objeto llamado "celular" permite que de una u otra forma estemos cerca de las personas que queremos. Hace unos días, un amigo al que quiero y respeto por su trabajo literario dejó un mensaje en mi aparato comunicante. No fue del todo agradable, había vuelto a sufrir una decepción amorosa. ¿Qué podía yo decirle?. Pensé en alentarle en otra nueva pareja, en darle ánimos para pensar más en él. Pero, cómo podía yo hacer eso, si sé por experiencia propia que está de la chingada sentir y sobretodo saber que aquel o aquella a la que amas te manda a la calle como un perro desvalido.
Esa noche, estaba yo en un "antro" veía a la gente divertirse, besarse, sentirse y de algún modo amarse. Me dí cuenta de que todos tenemos encuentros cercanos con alguien con quien nos identificamos. Inmediatamente le mandé un mensaje para decirle que otro día vendrá y que si de algo servía yo estaba cerca. (Aunque el viva en el D.F. y yo en la capital de Guerrero). Me respondió que tomaba cerveza Sapporo y que Jack Daniel's le acompañaba en la trasnoche. Hoy leí su blog, sé que le ha dolido hasta el tuétano. Pronto vendrá otro querer. Lo espero.
Bien mereces que te amen, por tí, por el Principito, por Kerouac y sobretodo por tu mirada dulce y tu pasión por el cine. Sé que sientes que estoy cerca. Te quiero mucho. Te pienso y te invoco en una tarde nublada, con mi libro al lado. Por qué no te conocí en el D.F. Quizá los dos andaríamos extraviados en busca del amor.
Besos Zombie

Abecegrama

Anoche brillaban cándidamente detrás del espejo fantásticas gárgolas, hablaban indiferentes, juntaban kilómetros lerdos, morían neciamente, ocultas por quien rompe su terrible universo. Ven Zoel.

domingo, 1 de junio de 2008

extravío

La mirada oculta la verdadera intención, se guarda en palabras frías que despiertan alegría. Toma su mano para no sentirle, se particularizan los sentidos, lo sabe...no está allí. Su referencia son los pasos firmes que visitaban sus esperanzas, hoy, ellos no han dimensionado su espacio. Con rostro enhiesto extravió la querencia y con ella se diluyó su nombre.