sábado, 13 de diciembre de 2008

Bucareli

El frio atraviesa la mirada y las manos entran en la gabardina negra que le cubre hasta las rodillas; sólo él sabe que ella le aguarda a kilómetros de distancia. Sus pasos acuden presurosos a la cantina y pide una cerveza helada. Quizá busca congelar su recuerdo, no quiere amarle, no debe amarle.

Ella le recuerda la vida, le ama. Él huye de este manicomio citadino, la añora. Ella tiene esperanza, le necesita. Él trastorna los sentidos, la desea. Ella no quiere perderlo, lo valora. Él le reclama libertad, la quiere.

Los dos son dos almas perdidas, extraviadas en este destino bifurcado que les ha tocado vivir. Él, solo, libre, triste y extraordinario. Ella, casada, anhelante, sola y luminosa.

Esperan...la vida, los amigos, el cine y la plática. Bucareli los persigue. Él es su espacio, ella es su quimera. La calle quieta los vigila, guardando la pasión que no se ha culminado.

3 comentarios:

Víctor dijo...

Suena a amor clandestino impetuoso, confuso, alegre y desgarrador, lo que el tiempo y las circunstancias han vuelto imposible. Vivir, soñar, vemos la importancia de ello justamente cuando el tiempo se acaba, resulta irónico, pero a la vez decidor, la vida debe asumirse, respirarse, amarse, y reventarse AHORA, mañana puede ser tarde.

Un enorme beso

Lirio Belano dijo...

Bucareli me rcordó a mí. Alguna vez también, anduve por Bucareli en las misma situación que tu personaje varonil. ¡Es tan hermoso ser parte de una realidad efímera como esa! Un beso amiga. Lirio Belano.

Anónimo dijo...

Quizas no sepa expresarte mi admiracion y devocion de una manera poetica porque eso solo sabes hacerlo tu.ayer pensaba q eras especial,hoy se q lo eres !!!