viernes, 18 de diciembre de 2009

BLANCA NAVIDAD

Se sentía un poco extraño el ambiente, todos dando abrazos y deseando cosas buenas. A cada paso que daba, una tarjeta, dulce o galleta confitada se apresuraba a mis manos, no puedo negar que me sentía un poco extraña; en realidad estas fechas no eran mis preferidas y aunque anhelaba pasar inadvertida todos y todas acudían a darme sus mejores vibras. Me he preguntado por qué razón detesto estas fechas.

Quizá sea porque una vez mi papá me dejó vestida y alborotada y jamás pasó por mi para llevarme a casa de la abuela; me puse el vestido beige que mi madre había comprado en una tienda departamental del centro histórico, guardé en mi mochila mi negrita cucurumbé y ese cuervo con zapatos rosados. No llegó.

O tal vez porque en esas fechas comprendí que los mejores amigos no son eternos y él partió y nunca me dijo nada. Abandonó nuestras tardes de café y las largas horas de silencios continuados.

No quiero esa blanca navidad a mi lado, detesto los villancicos y los largos abrazos; cuándo descansaré... navidad blanca, blanca navidad. Triste y sola. Nada más

jueves, 3 de diciembre de 2009

Tiempo II


Nada ha detenido el paso del tiempo, nada, aún cuando los días parecen idénticos y cada minuto es una calcomanía de ése mismo que viví ayer.
Hoy las manos parecen viejas, el rostro parece gastado, el alma parece decrépita
y todo se estanca en meses amontonados en un calendario.
Los ciclos circundan la anatomía, la revolucionan, prisionera distinguida de la cotidianidad.
El crujido de las hojas se detienen en los pasos atolondrados que reparan en la noche
y nada les impide perpetuarse en ese cosmos unívoco que son sus ojos.

¿Cómo se originó el tiempo? ...cómo se ha trasladado a esta geografía epidérmica para cimentar
su presencia.
¿Quién le abrió camino?...quién le enseñó los secretos vivificantes para que él los
apaciguara.
¿Cuándo se detuvo? ...cuándo se entrampó en la vida, la vida misma que corroe los
huesos y malidiciente responde: calla!