jueves, 31 de julio de 2008

Peregrinando


El día del maestro en México se celebra el día 15 de mayo; en la institución donde trabajo celebraron con una cena, la cual comentan estuvo muy amena; sin embargo, yo no asistí porque tuvieron que intervenirme con una pequeña cirugía. Recibí de algunos estudiantes llamadas, mensajes y correos. Cuando regresé a mis labores (después de 8 días) una estudiante de primer año de preparatoria me llevó un pequeño obsequio, logrando que mi garganta se hiciera nudo por su detalle. Le agradecí y cuando me quedé sola abrí como niña pequeña su regalo y dscubrí que era un libro. Genial!!!

Siempre he creído que cuando las personas obsequian un libro es porque conocen mucho de la otra persona o que intentan conocerle. Además, regalar un libro es ayudar a traspasar otros mundos, imaginar otros senderos y convertirse en otras personas. Sé que aquel que obsequia un libro será recordado por aquel que lo recibió (ya sea para bien o para mal).

Quizá se piense que aquel que recibe con plácemes un libro está un tanto desquisiado, sobretodo en esta época tecnológica en la que los Ipods, las computadoras personales o los teléfonos móviles son tan demandados, pero sin duda es porque no han sentido el placer de las lineas en la mente o no han percibido las lágrimas por las mejillas cuando una historia maravillosa llega a su fin o bien no han tenido miedo por perder a aquel personaje que por tardes ha acompañado los extenuantes días de escuela o de labores. Sí, por eso creo que quizá no entiendan esta locura de Don Quijote que es amar a los libros.

Carolina me obsequió El peregrino de Paulo Coelho, debo admitir que éste autor brasileño no es mi favorito, pero por casualidad (eso creo) ya dos de mis estudiantes me han obsequiado libros de él. En algún momento pensé que querían redimir mi no religión o se preocupaban por mi alma perdida y descastada; pero después fui entendiendo que ellos fueron influenciados por la época y sus ansias de salir adelante. Por todo ello se los agradezco.

Cuando comencé a leer El peregrino me dejé llevar por ese camino de Santiago, comprendí que no se trata de dioses o credos, sino de lo que el ser humano busca de manera personal. Muchas veces no sabemos cuál es el propósito en esta vida (y lo acepto, es tan difícil saberlo) y vamos poniendo obstáculos que nos impiden llegar a nuestra "espada", a pesar de contar con apoyos de muchos que a nuestro alrededor están, vamos incrementando miedos, frustraciones, tristezas y agravios.

"...cada uno tiene una manera de ver su vida, de convivir con las dificultades y con las conquistas" (Coelho : 2007, 158) eso es lo increible de esta humanidad, lo triste es que no aprendemos a exponerlo de manera positiva hacia afuera. No tengo dosis de moralina, mucho menos me he convertido en una fiel seguidora de Coelho, lo unico que sé es que como ser humano debo estr más atenta a aquello que me rodea, aún más a aquello que no veo. La vida tiene muchas aristas, hay que explorarlas como un peregrinar, buscando alcanzar una meta.

Guardaré el detalle de un 15 de mayo, recordaré a Carolina por ser una joven entusiasta y trabajadora y a El peregrino porque dejó en mi el ansia por saber qué quiero de mi.



martes, 29 de julio de 2008

Hechiceria y vida cotidiana en Cuba siglo XVII

Hace algunos meses acudí a la presentación de un libro titulado "Hechiceria y vida cotidiana en Cuba siglo XVII" de la Mtra. Luz Alejandra Cárdenas Santana. Debo confesar que ella es una de las mujeres a las cuales admiro y respeto por su trabajo académico, por su lucha social y por su entrega al trabajo de género; sin duda me dio mucho placer poder adquirir y después leer su texto.
Elaborado de forma artesanal por el Taller de Arte José Clemente Orozco de la Universidad Autónoma de Guerrero y la editorial GRAFOCOCO, consta de 152 páginas que ayudan al lector@ a transportarse a un periodo por muchos conocido y en algunos casos hasta rememorado. Sin duda, hablar de Hechicería provoca un cierto morbo que invita a imaginar mundos inexplorados y situaciones prohibidas y satánicas; pero el texto va más allá de ese sentido, recorre la vida cotidiana, aspecto de las ciencias sociales que permite vislumbrar las pequeñas situaciones de la vida que se han dejado de lado. Y en este caso se documenta la vida de la comunidad afromestriza en Cuba y en especial la vida de las mujeres negras.
Ellas fueron condenadas por la Santa inquisición por no participar en sus códigos religiosos y sus usos y costumbres. Sin duda, las practicas herbolarias, las danzas, los ritos, la comida y hasta las prácticas de las parteras fueron señaladas como pecaminosas y partícipes del demonio, llevando a diversas mujeres a la hoguera y a la tortura que según ellos lavaba y abría las puertas a Dios.
La inquisición exponía que a las "mujeres no les toca hablar, sino guardar silencio y vivir en la sumisión", fue un proceso agobiante y conformador de lo mucho que ahora somos. La Mtra. Alejandra Càrdenas nos regala su pasión por esas pequeñas cosas que pasan inadvertidas y que se convierten en factores de construcción cultural y social.

viernes, 25 de julio de 2008

Carta No. 4

Hola Ildhenot:
Son las 3:45 de la madrugada y te ha de parecer ridículo que te escriba esta carta, pero la cama no me sentaba bien y tu rostro sereno me llamaba para que le dijera esto que llevo dentro. ¿Tendrás tiempo de hacerme un espacio en Veltthingard? quisiera pertenecer a ese reino aunque sea por una noche.
Hace 15 años pensaba que lo mejor de la vida era estar de viaje, conocer chicos y bailar en la disco de moda; siempre me imaginé sola, libre y sin anillo de compromiso; sí, sé que te ha de parecer loco, pero te diré que eso de jugar a la familia feliz no iba conmigo. Te he platicado que moría por el León, pero para él era casi invisible y digo casi porque yo me encargaba de que me viera por lo menos de reojo, nunca entendí cómo es que me le declaré y le dije ¿Quieres ser mi novio? y debo confesar que me dijo que lo iba a pensar. ¿Te imaginas?. Inmediatamente llegué a mi departamento, me observé en el espejo y revisé cada centímetro de mi piel, observé mi rostro y me gustaron mis labios y mis ojos grandes, me di cuenta de que mi cuerpo no era perfecto pero me sentía un poco linda, me pregunté por qué él no me había aceptado inmediatamente. Nunca conocí la razón.
Al siguiente día lo vi en la plazoleta de San Mateo y con su rostro serio y un balón de basquet bol me dijo que aceptaba. Me sentí contenta.
Nunca imaginé que más tarde te conocería a tí, cómo pude vivir sin tus ojos, tu sonrisa triste y tus manos mágicas que juegan con la palabra. El León me ayudó a tenerte a mi lado. Por eso le estaré siempre agradecida.
Sé que nunca me confesarás que te hartaba cada vez que te regalaba un libro, pero mira, ahora eres un prospecto de escritor y un lector insaciable. Aún guardo el cuento que me regalaste, ese que hablaba del niño que se lo tragó un sillón verde y que se hizo amigo del caballero de la triste figura. Es hermoso. Muchas gracias.
Te considero muy valiente por soportar mis neurósis y mis ataques de melancolía, qué quieres soy una tonta irremediable, me daña el alma lo más simple de esta vida, soy una peregrina en busca del amor. Te felicito, has sabido darme en el blanco con tus miradas de aprobación, ya ves que no es fácil que los hombre entiendan esto de los estudios de género y el feminismo; tú eres de la nueva generación (aprovecho para decirte que guisas delicioso). Aunque tengo que decirte que algunas veces me asusta que compartas lo que comento y creo: mi negación a la religión, mi apoyo al aborto, mi lucha contra la violencia femenina, mi amor y pasión por la literatura, mi delirio por la trova y la música antigua, mi locura por el cine y lo reservado para hacer amistades; y sabes por qué, porque se sufre mucho con esos vicios. Alguna vez te vas a sentir solo y creeme la pasa uno muy mal.
Creo que eso de la biología marina es muy importante para tí ¿dejarás que te visite a dónde partas?, mmm, creo que sería injusta, te dejaré libre, al fin y al cabo un día regresarás (eso creo).
Aunque me preocupan algunas cosas que como mujer debo revelarte, no es grato que no recojas tu ropa interior, tu recámara es un total caos y sólo una hechicera podría encontrar tu reloj que has perdido por meses; así que procura organizarte, sino varias te dirán adiós. Yo lo haría.
No tengo con qué pagarte las mañanas de los sábados cuando vamos a desayunar juntos, los paseos por el centro (sé que no te agrada que doble tu brazo para pedirte que me abraces), las comilonas de hamburguesas y tacos (aunque después te agobie con mi gordura), tus dibujos, tus comics, tu libro, tus llamadas al celular cuando ves que no llego a casa y tus mensajes amorosos cada vez que salgo de viaje. Te amo!!!
No imagino mi vida sin tí, eres lo más extrordinario que tengo en mi existencia, sé que no soy la mejor, pero he hecho hasta lo imposible para que comprendas este mundo que vive como en el país de Jauja, he querido que entiendas que la amistad es un regalo preciado, por ello jamás dejes a tus amig@s, ya verás que aunque pocos, siempre estarán; sólo te pido que continues siendo humano porque hay tantas veredas en esta vida que algunas veces se olvida.
Mi hermoso Ildhenot, nunca dejes de imaginar mundos, inventar seres, cuidar tortugas o disfrutar de Vivaldi, nunca dejes de creer en tí, en tu talento y en mi amor.
No soy el modelo ideal de mujer, pero ten por seguro que la fortaleza de mi alma, la ternura de mi abrazo, el beso sincero, el regaño preciso, la plática nocturna acerca de sexo y mis ojos complacientes cada vez que te observo en tu cama, me han convertido en la mujer más orgullosa porque me ha permitido escuchar de tu voz llamarme Mamá.
P.D: Tu obsequio de fin de cursos pronto llegará. Y por favor comprende mi miedo a los juegos mecánicos, creo que eso de querer desafiar la gravedad no es para mi. Deja que yo te observe y vea que cada día mi niño se va convirtiendo en un adulto. Te amo.

martes, 8 de julio de 2008

Carta No. 3

Pequeña Yaque:
Hoy te escribo desde estas tierras surianas y entre palabra y palabra bebo té de toronjil, casi todas las noches lo hago, quizá por ello no me fui de esta ciudad de Chilpancingo. Sé que te preguntarás el por qué, te comento que cuenta una historia que aquel que viene a la capital del estado y toma toronjil y come semita regresa y se queda para siempre. Tal vez él lo sabía bien y me engolosinó con ese manjar. Ahora sólo tomo el té, el pan lo he desplazado porque ya sabes que el sobrepeso ronda mi mente y también mi anatomía.
Quiero decirte a través de estas lineas que continuamente te pienso, eres una preocupación para mí, te siento tan frágil, tan sola, tan niña. Eres mi niña y sé que no te agrada (y creeme que a mí tampoco), tienes razón, no puedo o más bien, no debo indicarte cómo debes proceder en algunos casos, pero sabes? siento que sólo así te meto en una burbuja para que no te lastime nada.
¿Creíste que no me dolió saber que tenías cáncer?, ¿pensabas que era la mujer más dura y fuerte que habías conocido?, claro que me jodió! mi alma se destrozó (si es que tengo) mis pasos dirigían mi cuerpo como autómata y mis ojos se secaron porque ya no sabían llorar de tanto uso. Eso de la frontera de cristal y el tan mentado sueño americano me apartaba de tí. Sólo el teléfono me permitía tener tu voz, ella me indicaba cómo habías amanecido ese día. Sé que la quimioterapia no sólo se llevó tu pelo y ennegreció tu piel, también te trajo soledad, desamparo y recuerdos.
Sentiste en algún momento a la muerte? o siempre creíste que el Sagrado Corazón de Jesús te haría el milagro. Sé que estas sana y salva. No quiero que pienses que me burlo, al contrario, quiero que sepas que tú fe ha marcado mi vida y me sorprende ver tu fidelidad a tu credo.
Anoche tuve un sueño y ahí estabas tú, ¿recuerdas la colonia Cacama?...sí ahí donde vivíamos en el D.F., pues en ese lugar te soñé, con tu vestido beige y el brazalete que el norteño te obsequió un 6 de agosto. Te veías felíz, yo no estaba en ese pasaje onírico, quizá estaba jugando a las escondidas o escribía una carta a Felipe porque estaba enamorada de él. Sí, ya imagino tu sonrisa, pero qué quieres, me gustaba aunque fuera mayor que yo y no me hicera caso. Así, en ese sueño te guardé y olí tu perfume que me acompasaba en los bailes que me enseñabas y me dormitaba en las tardes tranquilas en las que me inventabas cuentos.
Tengo que agradecerte que me hayas enseñado a amar a mi México (aunque a veces me desespero y he pensado en otra patria) y a pesar de todos los conflictos me enorgullece pertenecer a la misma cuna de Nezahualcoyotl y Sor Juana. ¿Imaginaste que algún día estudiaría literatura?, yo creo que no, no pensaste que ese libro viejito de pasta azul que me regalaste a los 8 años marcara mi camino, sé que tú hubieras deseado que fuera aeromoza, locutora o artista. Pero para consolarte te diré que soy la artista que va moldeando su propio destino. Eso, creeme Yaque ya es mucho.
Para mí tu eres mi Chapis, mi Madreselva y mi Ananda. Hay tanto que platicar contigo que pronto enviaré otra misiva, ésta sólo quería hacerte saber que te amo y que tú hiciste lo mejor que pudiste para que ésta mujer fuera aceptada por esta consumida sociedad, pero no te preocupes no soy una delincuente (o al menos eso creo), he vivido bajo normas y valores que me fueron señalados con vehemencia, algunos he de confesar, los he olvidado en la plazoleta de Chilapa, creo que allá los recogerá alguien que sí los use. No pienses que me quemaré en los infiernos o seré llevada a la hoguera como en siglos pasados, tal vez no entre al paraíso y jamás conozca a los ángeles y querubines que guardan la catedral de Acapulco, pero qué importa, me basta con saber que tengo tu amor aquí, en esta tierra, en este momento y en este siglo.
Te amo, quisiera repetirlo cientos de veces, pero sé que tú sabes eso y más. Sólo recuerda que "cuando envejezcas madre y seas una viejecita de tembloroso andar, yo cuidaré tus pasos, llevaré a tu boca el pan caliente, el sorbo de agua y te enseñaré el mundo a través del arco de mis brazos.." como tú lo hacías cuando yo era pequeña.
Yaquesita estas cerca de mí.
P.D.: Vive para tí, olvídate de mis juicios y recuerda que agradezco el beso nocturno antes de ir a la cama aunque jamás te lo haya dicho.

jueves, 3 de julio de 2008

Carta No. 2

Amada Toba:
Escribo estas palabras al vacío, mi espacio en blanco comienza a gritar para que deje salir a estas grafías que se han apretujado en mi cuerpo, pero te diré que tengo un problema, no sé a dónde dirijirlas. ¿A dónde crees que pueda enviarlas?. Sé que nuestra formación judeocristiana, tan impuesta por las generaciones anteriores te fastidió y te alejaste definitivamente y por ello hoy tengo complicación para localizarte. Debo confesarte que yo retomé tu camino y ahora soy una atea constante. Sé que reirás y te preguntarás cómo he aguantado los diarios sermones de mamá y las peroratas de Lan. No ha sido nada fácil, pero te diré que no me arrepiento, estoy libre, cargué muchas culpas que no eran mías, dime, ¿por qué no nos permitieron decidir para elegir al Dios que nosotros anhelabamos?.
Ayer revisaba mis fotos que guardo tan celosamente en mi buró, porque ahora con la cámara digital éstas se han convertido en reliquias, y te cuento que encontré la foto en la que me llevaste a Africam Safari en Puebla, me reí de mis piernas regordetas y mi vestido rosa y corto que mamá me había confeccionado, me subiste a un pony y tú montaste una llama. Esta hermosa, tú estas hermosa. Tu cabello largo y lacio me hacía rememorar la época hippie y tus pantalones a la cadera eran una constante tentación para mí y mis 6 años.
Nunca te dije que cuando tuviste que ir al Distrito Federal el día de mi salida de Secundaria y me dejaste esa carta maravillosa lloré como una Magdalena, nunca te dije que también eras mi mami, mi sosten, mi eterna confidente. Pero, ya he escrito tanto de mi que no te he preguntado cómo estás, ¿pudiste ir a Roma?, ¿Qué me dices de Argentina?. Yo acabo de sacar el pasaporte, espero poder iniciar mis recorridos (¿crees que se molesten en casa?). Recuerda que yo no creo en nada. Más que en la buena voluntad y el amor de la gente y por esa razón no tengo esperanza de hacerlo después de mi último viaje.
Tengo que pedirte perdón porque prometí ir cada año a visitarte, pero no puedo hacerlo, te siento tan cerca de mi que se me hace tonto planearlo, además sé que no estás ahí. Tú nunca pudiste estar en un solo lugar.
Toba, ¿te sientes orgullosa de mi?, hubiera deseado que estuvieras en mi graduación. Sabes? dí el discurso de mi generación y todos se levantaron, dicen que fue hermoso. Ya han pasado cinco años, ahora soy profesora y tengo un poco más de lineas de expresión. ¿Te preguntarás por qué? pues bien, te comentaré que a veces los chicos no saben quién es García Márquez o el maravilloso Neruda y me pongo tan furibunda que mi cara se desfigura por el espanto. Recuerdas cuando leíamos "Puedo escribir los versos más tristes esta noche. / Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". / El viento de la noche gira en el cielo y canta. / Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
Sé que lo recuerdas porque yo era una enamorada irredenta y me diluía cada vez que mi voz se apostaba en mi corazón. Debo confesarte que aún hoy, después de tres décadas y media aún me sigo enamorando como colegiala. No entiendo el por qué. ¿Podrías explicarme?. No sé por qué me enamoro de una plática, de unos ojos serenos y de un texto que llega a mis manos con olor a tabaco.
Te he extrañado, me has hecho mucha falta, no puedo ocultar mis ojos acuosos cuando pienso en tí, en tu risa y en tus abrazos. Ya he ido a hacerme mi examen ginecológico, dicen que soy una prospecta para el cáncer, pero yo creo en que debo cuidarme y ser positiva. Dime, ¿alguna vez pensaste en la eutanasia?...yo sí, me hubieras reclamado?...Te amo. Esa sería mi justificación. No soportaba verte tan débil y demacrada porque tu sonrisa se ocultaba con el olor a medicina y el gusto por la gelatina de jerez se había perdido por completo aunque yo sabía que era tu favorita.
Tenía mucho odio cuando te fuiste, maldije a esos dioses y mis ojos explotaron como cataratas, mi boca seca gritaba tu nombre y el vestido blanco con el que partiste quedó tatuado en mi memoria.
Dime, dónde envío la carta? sé que no existe el cielo y que en esa tumba fría y sola tú no puedes estar. ¿Es verdad que tu alma anda recorriendo los países que te gustaban? ¿O es que te tengo al lado y por eso aspiro tu perfume y mi piel siente tu aliento?.
Toba, no te preocupes, mi carta llegará y sino, ten por seguro que la llevaré el día que me toque partir, la llevo tan grabada en mi ser que te la puedo recitar como cuando cantaba el verso del jardín de niños.
Te amo, no lo olvides. Y si un día te sientas a mi lado, sólo recuerda que no puedes beber café, avísame y te traigo una buena copa de vino tinto, juntas lo degustaremos como cuando me desposé.
P.D.:Te pido un favor, no me dejes. O llévame contigo, porque está muy cabrón vivir sin tí.