jueves, 27 de mayo de 2010

VII

Se está cayendo el tiempo
a pedazos y sin mesura,
se estrella ante la mirada impávida de los peatones
y se diluye como café en agua hirviendo.
Se atora en la cornisa de un edificio
se aferra con desesperación,
sus dedos blandos se vulneran
y se pierde en la epidermis de cemento.
Muere el tiempo
agoniza entre risas inexistentes
de los momentos que le acompañan
se duelen , rabian, sufren.
El tiempo ha dejado de caer

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