viernes, 27 de agosto de 2010

IX

La madrugada golpetea los abismos del sueño
espanta el estado onírico y seca la imaginación,
los restos humanos vegetan en el colchón desvencijado de la recámara.
La espera es inagotable, la puerta entreabierta y el corazón latiendo,
los ojos llorosos trepan a la lámpara
quieren ser mudos testigos del final.
Se expían culpas en la agonía,
paseos de domingo abrasan la memoria
nausean los quereres antiguos
y una respiración podrida lamenta la existencia.
La muerte se acerca meticulosa, rompe las cadenas de la savia,
explora el cuerpo infestado de infelicidad, de gusanos que cercenaron el gozo,
que treparon por la piel fermentada de soledad. Lo abandona.
¿Quién le oye marcharse? Sólo el rumor de los insectos le dicen adiós

martes, 10 de agosto de 2010

VIII

Lagartijas vagabundean por el rostro
escudriñan por debajo de los párpados el dolor que colorea el iris,
mueven su cola sigilosamente sobre su espalda
quieren saber de la sombra gris que asedia a los ojos.

La cama desquiciada revuelve las sábanas
no quiere ese cuerpo infestado de sabandijas,
el olor fétido que despide es repulsivo
es el olor del desgano y de la melancolía.

Se pudre el alma, se ahueca la querencia
todo se agria en el espacio,
pierde la cordura el zapato y la camisa
la polilla y la fe.

Despierta el cuerpo, levanta con lentitud sus pasos,
caen las lagartijas espantadas y se acomoda la cama,
llueven los ojos nublados
escurren los quereres
todo se encharca en el corazón.

miércoles, 2 de junio de 2010

El credito negativo de la cultura: Negación de la Realidad

“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.”

Franz Grillparzer (1791-1872) Dramaturgo austriaco.


Cada uno de nosotros se ve inmerso en el proceso de cultura de nuestra entidad, nuestro país y por supuesto de nuestro mundo, aunque no nos demos cuenta. Hablar de cultura nos lleva a creer “erróneamente” que sólo aquellos que se ven involucrados en las poderosas élites y en los procesos académicos tienen derecho a ella o bien a producirla, eso sin duda, es una falacia. Cultura es “…todo cuanto se aprende socialmente y es compartido por una sociedad humana” a través del tiempo.

La cultura, surge porque todos tenemos la necesidad de expresarnos, pero al mismo tiempo buscamos a esos otros/as que se muestran y nos proyectan formas de vida, costumbres o creencias para poder amalgamar eso que nosotros provocamos. Sé que se preguntarán “qué es lo que yo hago para crear cultura”, pues bien, les diré que cada pueblo que conforma a un país concibe diversas formas de cultura por medio de sus ideas, de sus relaciones sociales, el arte, el folklore, sus credos. Roland Barthes comentaba, más certero aún, que la cultura es "una máquina para mostrar deseos. …”, es a través de ella que los individuos expresan su realidad.

Esa existencia efectiva que es la realidad ha provocado que mujeres y hombres a través del tiempo plasmen su percepción de lo vivido. Son vastas las manifestaciones culturales que encontramos a nuestro paso: crónicas, inscripciones, utensilios, voces, textos, ritos. Testimonios que dan fe de un pasado histórico y que reaniman un presente cuestionador y beligerante. Y es que la cultura no es sólo aquella que nos ha mostrado la clase esnobista, sino aquella que combativa lucha por mostrar cada una de las ideologías y se muestra sin más protocolo en la calle, la plaza o el aula. Y cuando hablo del recinto escolar me remito a aquellos constructores del conocimiento que no se ven acotados en la esfera cultural de sólo unos cuantos y permiten que el conocimiento sea el transformador de la realidad. Porque si no es así, es que acaso, se pretenda que poseamos una cultura en la que no se sepa y cuestione nada y que tenga la consigna de que sólo unos cuantos sean cultos y la mayoría incultos. Como comenta Sartori “…Queremos una cultura en la que nadie sepa nada…”´(Sartori : 2006,p. 46), nada, para poder ultrajar, vender, engañar y disfrazar nuestra realidad.

Pero aquí debemos precisar la cultura no como el esfuerzo de adquisición de un saber más grande, ni siquiera como el mantenimiento ferviente de una pertenencia espiritual, sino sobre todo, según Nietzsche, como “…la unidad del estilo … en todas las manifestaciones vitales de un pueblo” . (Roger, Phillipe : 1986).

La élite cultural tergiversa la realidad, nos proyecta a través de los MCM una ficticia cantidad de imágenes que convierte en seres simbólicos a aquellos que se sustraen en el fango de las alegorías mediáticas, es sin duda, el empoderamiento de una clase excluyente que pretende que nadie ni nada sea cuestionado y mucho menos transformado.

En la poesía por ejemplo ha surgido el boom de la poesía premiada, aquellos libros son homenajeados sin tener calidad pero que son bien visto por las autoridades o movimientos del momento y que sirven para reflejar el trabajo poético de la región.

Quizá pareciera que éste es un fenómeno naciente, sin embargo, sabemos que a lo largo de la historia de la humanidad, en cada época, la interpretación de la realidad a través de la cultura ha sido elaborada por dos grupos de actores: Seres que crean cultura para difundir la realidad inmediata sin ningún objetivo particular y Seres que tergiversan, trafican y destruyen la cultura con ánimo comercial. Sin embargo, también al paso del tiempo han existido grupos liliputienses que con garra y enojo pretenden acabar con un Gulliver que no protege, por el contrario, que acalla la voz. Margarita Peña en su texto La palabra amordazada (Peña : 2000, UNAM), enuncia cómo las expresiones culturales consideradas “disidentes” a lo largo de 300 años de vida colonial fueron censuradas y en mucho desaparecidas por el peligro de diseminar una visión cultural que se pretendía acabada, nula. Es ese peligro constante y sandio de aquellos que ostentan el poder.

“La poesía no es para los ojos del intelectual

Que cobra sangre en las universidades

Y vende sin vergüenza su lengua y sus corruptos labios” Marco Fonz

El estado mexicano en todos sus niveles debe garantizar el acceso a la cultura, como lo marca nuestra constitución, pero esto debe ser a todos los sectores y no sólo a unos cuantos que se encuentran en la esfera del poder; promover los servicios de cultura a toda la población no significan sólo bailes multitudinarios o paseos de danzas, significa que se permita y valore las diferentes expresiones culturales aún cuando a éstas no las consideren expresión cultural y no aparezcan en los monstruos televisivos.

Y es que sin duda, no se debe de censurar a aquellos que no leen, que no hablan o que no hacen uso de expresiones culturales aceptadas como cultas, porque ellos también crean cultura. Sería demasiado pedante de nuestra parte pensar o creer que sólo aquellos afortunados que han asistido a las aulas, que han viajado, que escuchan música clásica, han ostentado el poder o han brindado su opinión en los medios masivos son seres cultos, recordemos que cada uno de nosotros con sus conductas y acciones diarias creamos cultura.

La expresión literaria, es una de las muestras fehacientes de la interpretación de la realidad, esta manifestación cultural ha concedido a la palabra el poder de exponer las diversas problemáticas, anhelos y cuestionamientos de los seres culturales. Y es la pluma la que ha enviado punzantes grafías a cada una de las mentes para liberar los espacios señeros del ocultamiento cultural. Sabemos, que muchos de esos seres no se permitieron mentir ante la realidad que vivían, por el contrario, no cejaron en el intento de exponer su visión y así nos hablaron de la pobreza, el ultraje, la lucha social y la igualdad, del mismo modo hablaron de sentimientos, de visiones y de utopías.

Juan Rulfo escribe en su cuento Nos han dado la tierra: “ Vuelvo hacia todos lados y miro el Llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas cuantas lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una piedra. Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tapetate para que la sembráramos.” (Rulfo : 1990, pp.11 - 12). Tal parece que esa interpretación de la realidad que elabora Rulfo de los campos mexicanos en 1950 no se ha visto modificada en la actualidad, sin embargo, los grupos mediáticos que nos ofrecen las visiones culturales, nos muestran al campesino jovial y convencido de su labor dadora, sin permitir que su cultura sea expuesta como verdad y tan sólo se recree en viajes o tours, se expongan sus fiestas y tradiciones como ganchos de marketing que en vez de sublimar la cultura mexicana la destruye y comercia, y así vemos a mujeres y hombres que visten a la usanza de nuestros pueblos pero que hablan con un lenguaje clasista donde el wey y el no inventes descalabran nuestra tradición cultural, y donde esos actores del campo son recordados en colores sepia de una cámara Minolta y trabajos en Photo Shop. Sin embargo, la expresión de ese lenguaje también es cultura, son los regionalismos y mexicanismos que hemos ido anexando a nuestra habla popular.

La cultura mexicana es un reflejo de los cambios históricos que hemos vivido, “…el mexicano se esconde bajo muchas máscaras” como cita Paz ( Paz . 2004, p.209) y gracias a la condición cultural ustedes y yo estamos aquí. Por que sin duda, a pesar de las censuras de los constructores de una cultura mediática y monetaria que atenta con la inmensa cultura nacional, también otros seres culturales ponderan la expresión libre y sin tapujos y muestran en la pintura, escultura, música, escritura, danza, oralidad, usos y costumbres historias vivas que nutren una realidad que nos convierte en seres culturales sin ningún yugo o compromiso.

El credo cultural se convierte en negativo cuando el tejido simbólico (lengua, mito, arte y religión) es empleado para formar opiniones dirigidas, y éstas atentan contra la visión de la realidad. No podemos eximirnos de la existencia real y efectiva de algo, de eso que vemos, olemos y palpamos y que se nos ofrece a través de lo fantástico o ilusorio que se nos presenta por las cúpulas del poder.

Nietzsche, consideraba que el Estado y ciertas figuras institucionales como la religión o la educación (someramente entendida) coartan en los individuos la posibilidad de autocreación, cito “Yo, el Estado, soy el pueblo’ […] Donde todavía hay pueblo no se comprende el Estado, y se le odia como a un mal de ojo y un crimen contra las costumbres y el derecho” (Nietzsche, 1961: 266).

Ese odio al que se refiere Nietzche lo vemos en las diversas manifestaciones culturales que vemos a diario: darketos, punketos, indígenas, mujeres que trabajan por la equidad, graffiteros, blogeros, niños y niñas, familias; y así podría citar innumerables grupos que a través de sus actividades exponen su realidad a pesar de que se les propone una venda para no percibirla y sentirse satisfechos con lo que se les ofrece.

Los medios masivos de comunicación provocan una opinión pública dirigida y que es benéfica para unos cuantos, el acto de ver quiere suplantar al acto de discurrir como menciona Giovanni Sartori y no espera que nada ni nadie niegue ese credo cultural que se nos vende como producto de una realidad. Imágenes en 24 por segundo!

Nos percatamos del ultraje que vivimos a diario a través de los mensajes publicitarios que responden al marketing: Cuánto compras, cuánto vales? Asimismo cuando se nos presentan spots de la familia perfecta donde sólo aquella conformada por papá, mamá y dos hijos son el órgano principal de nuestra sociedad, se falsea la realidad, ya que la familia no está restringida en este tiempo a esa imagen y existen asociaciones familiares que quedan excluidas. Si no apareces en los MEDIOS NO EXISTES.

Pensar que somos una sociedad que cuenta con el libre acceso a la información y que esa información nos habla de nuestra realidad, nos hace seres arrogantes, creer que los medios nos permiten que no ignoremos nada del mundo, es sin duda una relación fútil con lo real, porque el estar informados y desconocer la realidad social de nuestro medio provoca una paradoja.

¿Qué hacer ante el bombardeo extenuante de información que nos brindan los corporativos mediáticos y de poder, que hacen que el credo cultural se haga negativo y que provocan la visión nublada de nuestra realidad? Buscar herramientas que cierren paso a la autocensura, la cual puede ser expuesta como “la coexistencia del individuo con un observador interiorizado y cruel que no sólo controla sus pensamientos, sino también su imaginación y su creación…”. Tal vez parezca utópico cerrar el paso al gigante mediático, quizá exponer nuestras visiones al círculo gubernamental nos conmine al miedo y a la desesperación; pero tenemos que pensar, que mujeres y hombres al dejar la autocensura les ha permitido cultivar la cultura y se han convertido en seres que cosechan su propia realidad.

jueves, 27 de mayo de 2010

VII

Se está cayendo el tiempo
a pedazos y sin mesura,
se estrella ante la mirada impávida de los peatones
y se diluye como café en agua hirviendo.
Se atora en la cornisa de un edificio
se aferra con desesperación,
sus dedos blandos se vulneran
y se pierde en la epidermis de cemento.
Muere el tiempo
agoniza entre risas inexistentes
de los momentos que le acompañan
se duelen , rabian, sufren.
El tiempo ha dejado de caer

martes, 18 de mayo de 2010

VI

Los dedos resbalan agrios y somnolientos
por la superficie nacarada de mi piel,
se ocultan del desamparo idílico,
medrosos se entregan a los afligidos labios,
piden silencio.
Los cuerpos yacen en la oscura noche
llora el plenilunio, encharca los cráteres.
Luna llena
arranca el tedio de las sábanas
porque los días se arrastran por debajo de la puerta
dejándonos solos.

martes, 27 de abril de 2010

V

Caracolas en el cemento recalcitrante
recorren las avenidas buscando el oasis prometido
sofocadas entrecierran la mirada y se sacuden el calor
húmedo y sucio de esta tarde atolondrada
Detienen su paso aletargado para matar a algún demonio
soplan poderosas queriendo ahuyentar los espíritus que les asedian
Luna creciente
aguardas con tu funesta guadaña
cobijas la desazón del final
destruyen sus caparazones, envenenan su alma
mueren

viernes, 23 de abril de 2010

IV

El rastro de las hormigas me lleva al desengaño
rojas y negras se alistan para ubicar tu aliento, aguamiel a borbotones
la sombra se te escapa al venir a mi lado
prudente dejo el quicio de la puerta por si prefiere entrar
el frio de la calle hela los huesos
tu cuerpo enciende las pupilas lejanas que se guardaron en el desván
difuso es el rostro de esta morriña que atrapa y enajena
Luna negra
inmovilizas el resplandor, ocultas la verdad
olemos, degustamos y tocamos
alados partimos de la morada
la sombra arrastra su silencio
hermanas las hormigas vomitan nuestra hiel