
Guardían silencioso que ronda nuestra existencia;
nos permitimos olvidarte...
pero tú infame nos recuerdas tu omnipotencia.
La flecha del tiempo es conducida por tu mano, no hay escapatoria;
te veré firme e irreversible y me daré cuenta de la conjunción de pasado - presente - futuro.
Neta asimetría de lo que fui, lo que soy, lo que seré.
Juegas con mi universo y quizá lo vuelves más desordenado.
Protervo me inclinas hacia ti, te presiento en los surcos de mi semblante,
dime ¿qué he vivido?...
Nada hay que no le poseas, porque nada es igual hoy que hace un segundo;
¿qué haces? ¿qué somos?
No hay destino, sólo tú y tu potestad silenciosa.
Ilusa reviso el calendario, observo mi reloj y el cronómetro me dice que he tardado 32 segundos en esta perorata hacia ti.