El borde del vaso me regala el temor de no tenerte,
los cigarrillos encendidos me muestran la impaciencia.
Nada queda sino el tétrico olor a guayaba en dulce,
que me golpea el pecho recordando tu frio cuerpo,
tus ojos cerrados y tu abandono total.
Urna tallada con flores, aroma a incienso y lágrimas derramadas
acompasan mi mirada extraviada que se duele por dejarte ir.
1 comentario:
A veces es bueno dejar que las cosas o las personas se vayan aunque duela.
Un saludo y feliz semana
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