jueves, 3 de diciembre de 2009

Tiempo II


Nada ha detenido el paso del tiempo, nada, aún cuando los días parecen idénticos y cada minuto es una calcomanía de ése mismo que viví ayer.
Hoy las manos parecen viejas, el rostro parece gastado, el alma parece decrépita
y todo se estanca en meses amontonados en un calendario.
Los ciclos circundan la anatomía, la revolucionan, prisionera distinguida de la cotidianidad.
El crujido de las hojas se detienen en los pasos atolondrados que reparan en la noche
y nada les impide perpetuarse en ese cosmos unívoco que son sus ojos.

¿Cómo se originó el tiempo? ...cómo se ha trasladado a esta geografía epidérmica para cimentar
su presencia.
¿Quién le abrió camino?...quién le enseñó los secretos vivificantes para que él los
apaciguara.
¿Cuándo se detuvo? ...cuándo se entrampó en la vida, la vida misma que corroe los
huesos y malidiciente responde: calla!















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