Sintiéndo voy lo agrio de tu abrazo,
lo penoso de tu andar sin vida,
vivo mezclando mis ropas entre murmullos y gasto detergente
para lavar mis culpas.
Al desgreñarse los árboles en los atardeceres,
me obliga a recordar mi ansiedad continua,
porque te poseo y sé que no te tengo
y dejas rotas las esperanzas frías.
Con tu llegada , la bóveda celeste se transforma,
con tu caricia fingida me imagino un itsmo entre tu tierra y la mía.
Tu camino sigues, constante y sin vergüenza, te alejas lento, pausado y feliz.
7marzo05
No hay comentarios:
Publicar un comentario