martes, 18 de marzo de 2008

Jesús: un líder humano


En estos tiempos de incertidumbre el ser humano tiende a buscar la unificación, pero al mismo tiempo prevalece la división del mundo a cargo de grupos que pugnan entre sí y se concertan luchas y guerras que traen consigo la desolación de mujeres y hombres.


Gran parte de la humanidad celebra en estos días la Semana Santa, época en la que se rememora la pasión y muerte de Jesús, quizá si alguno de ustedes que me leen es católico lo sabrán muy bien, sino yo lo invito a que no sea una época de exclusión religiosa, al contrario, pienso que todo aquel individuo que haya luchado por la igualdad de los hombres es digno de recordarse. Sé que parece extraño invitar a un judío, a un ateo o a un mormón a repensar las ideas de Jesús, pero no lo hago con el afán de atraer fieles a determinada religión, no, sino que pienso que todos podemos convivir espiritualmente evitando que las ideas materiales, políticas y sociales nos sobrepasen...¡Vaya utopía! ¿Verdad?.


Se puede pensar realmente extraña esa idea , pero por qué tirar en saco roto los ideales de un sinfín de hombres y mujeres que han transformado su conciencia hacia una mira social, a través del diálogo, la enseñanza y la clara visión del momento en que viven: Salomón, el Papa Juan Pablo II, la madre de Teresa de Calcuta, Gandhi, Jesús, el Dalai Lama, Don Helder Cámara entre otros; por ello puede parecer intolerante (a algunos) el mezclar a Jesús entre otras personas que son para muchos "normales" y no mantienen el signo divino, y es ahí donde siempre nos dispersamos, porque sin dejar de valorar la figura de Jesús en la religión católica o cristiana, sin lugar a dudas él representa a un gran líder espiritual de todos los tiempos; luchó al igual que los otros por una sociedad más justa, sin embargo, sus ideales han sido ocupados - en muchos casos- por personas que buscan jerarquía o poder y dejan de lado a los que en realidad creen y predican sus enseñanzas.


Lo importante de los dogmas es que no queden en letra muerta sino que se lleven a cabo en los hechos. El apóstol Santiago menciona "¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?". Lo importante es seguir -si así se desea- un ideal religioso o no, pero con la consigna de no dañar al que está a mi lado, favorecer el respeto y valorar las acciones de los hombres y las mujeres que han apostado por un mejor mundo.


Quizá nos falten profetas, quizá nos urjan líderes espirituales, quizá en nosotros se encuentre la solución; no desperdiciemos estos días de descanso porque no predicamos la religión católica, vivamos las enseñanzas de Jesús , imaginemos su intención y adoptemos no una posición fanática, sino un sentido de unión entre nuestros semejantes, porque sin duda sólo nosotros podremos salvar este mundo tan conflictivo no importando la creencia que profesemos.

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