Arráncame las manos
para no tocar tu nombre,
córtame la voz
para no nombrar tu aliento.
No quiero desearte...
Róbame la intranquilidad
para que no enloquezca,
secuéstrame el insomnio.
No quiero pensarte...
Cástrame el aire
para no olerte en mi espacio,
golpéame el tiempo.
No quiero mirarte...
Mendígame el silencio
para no vociferar tus pasos,
róbame la luz.
No quiero soñarte...
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