domingo, 10 de febrero de 2008

CONTINUAMENTE IMAGINABA LO QUE ERA ESTAR SIN TI





Continuamente imaginaba lo que era vivir sin ti. Quizá mi estado emocional revolucionaba de diferente manera, creía que estar separados sería la etapa ideal para no dañarnos, sin embargo, ahora sola, me siento desprendida de mi piel, de ti, de mi vida.

¿Te has preguntado si me extrañas? …yo sí, me da miedo pensar que ni siquiera me recuerdas, que has olvidado la talla de mi brassiere y mucho menos que no me gustaba que subieras los pies en la mesa de centro. Que sientas que la cama (esa en la que nos estrechábamos) es acogedora y duermas como un bendito.

¿Crees que el olvido llega con el tiempo? … yo no, porque eso que se vive queda guardado, almacenado, como si fuéramos archivos muertos, donde acto tras acto queda para cada vez que buscamos documentarnos. Dicen que el tiempo lo sana todo. Qué es todo, ¿ese abrazo perdido? ¿tu barbilla sobre mi pecho? ¿la ausencia de tu respiración?... el tiempo nos enseña a guardar en lo hondo de ese armario, pero no, no nos sirve para enviar al cesto de basura los momentos vividos.

¿Recuerdas cómo nos conocimos? … yo sí. Tus piernas largas y tu boca pequeña se metieron en mis ojos y de forma inmediata tu seriedad lastimosa y tu pelota de baloncesto atravesó mi subconsciente e hizo que me enamorara casi de inmediato.

¿Piensas que el amor se mata con el tiempo? … yo no, más bien nosotros matamos al tiempo y al amor, vivimos acelerados, ponemos muros, cerramos nuestras manos y nos alejamos de nuestro sueño; dicen que los sueños son irrealizables, pero cuando se cristaliza ese sueño, se convierte en una realidad, y esa realidad es dura, dolorosa, creativa y también enriquecedora.

¿Darías tu vida por la mía? … yo sí, porque al pensar que este mundo no sintiera tu pasos, que el aire no penetrara tus pulmones, que el mosco no picara tu piel y tus ojos no miraran el tráfico, romperían el esquema de un mundo perfecto. Si tan sólo faltaras unos segundos se descompensaría el universo y la ley de la relatividad estaría extinta.

¿Te levantas a medianoche porque no puedes dormir? … yo no, porque cuando penetro en mi cuarto y acomodo mi cuerpo en la cama, me sumo en la profundidad nocturna para que tu silueta me acompañe, si yo pusiera un pie debajo de ella, me daría miedo de que tu imagen se esfumara como la sombra de Peter Pan.

¿Reconoces lo doliente de las tardes del domingo? … yo sí, porque mi asueto aunque ocupado no sabe agarrarse de nada, los libros inundan mi mente y mis ojos no degustan las imágenes que en 24 por segundo me invitan a otras realidades. La pizza es incolora, insabora e inodora, sí ya sé que esas son características del agua, pero, la simpleza de ese platillo italiano no me llama a introducirlo a mi boca.

¿Eres feliz viviendo inconexo de mi? … yo no, no me acostumbro a no echar mi brazo en tu espalda, no recorrer tus ojos para decirte estoy bien, no logro convencerme de esta ausencia que inunda mis poros, no me permito romper con el esquema, no logro verificar si el daño ya fue hecho o se está llevando a cabo.

Continuamente imaginaba lo que era vivir sin ti… Hoy mi imaginación me lleva a la deriva. Me urge que suene un celular, se asome a la ventana, toque a mi puerta, llueva en mi boca o se ilumine la noche. Porque sin duda, tu recuerdo esta logrando que mi agonía vaya in crescendo.

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