Una mañana inundada de un sol reluciente, salí con un balde con agua a regar las plantitas que tengo en mi pequeño jardín, de pronto, al irme acercando a una de ellas observé como una pequeña oruga balbuceaba una cancioncilla; fue tal mi sorpresa que mis ojos crecieron más de lo normal y mi rostro se puso colorado como un jitomate; con asombro y curiosidad dirigí mi mirada a sus pasos para conocer su hogar.
En unos segundo pude conocer a su madre, una bonachona y bien encarada oruga, ella arreglaba afanosa y hábilmente su hogar. Con mi voz un poco tímida le pregunté ¿Está usted muy feliz aseando su casita? y con una honda carcajada me dijo: ¡Claro!, por qué piensas que debería estar triste. La felicidad es un hábito, un maravilloso hábito, yo ni siquiera he intentado borrarlo de mí, al fin y al cabo ser feliz no mata a nadie.
Meditabunda me quedé y sintiéndome culpable por haber desperdiciado tantos días con mis pesares, continué mirando cómo la oruga organizaba, aseaba y cantaba sin cesar. Abría mis ojos pensando: ¿Debía ser como esa oruga?, ¿Por qué los humanos nos volvemos inservibles para disfrutar la vida cuando tropezamos con algo? y poco a poco perdemos el beneficio de sentir alegría y pasión.
Si yo fuera oruga bebería de las flores, viviría en el verde pasto, sorbería del rocío matutino y tendría veneración por el Sol. Soy una niña, no tengo cabida en la ficción, pero hoy, trasladaré la imagen de la oruga a mi pensamiento, viviré como ella, subsistiré como ella y tendré disponibilidad para vivir de forma alegre, positiva y con esperanza. Al fin y al cabo querer es poder. ¿O no?.
2 comentarios:
Iba a decir que la oruga madre e hija, erean felices porque no tenian propiedades ni ambiciones materiales, pero al ver que aseaba su hogar y que las une una relación de parentezco, pues me puse a pensar un poco más de por qué es feliz una oruga que canta..
Un amigo me dijo algún dia: tú eres quien decide estar feliz o estar triste, y sí, finalmente una se construye su realidad con ayuda de lo externo, y en nosotras esta codificar esa percepción e introyectarla de la manera que mejor nos plazca.
He pensado que una no es dueña siempre de sí misma, solo en pequeños momentos, porque una es lo que es gracias a los demás y al medio en el que nos desenvolvemnos. Por ejemplo,si algún día a mi me gustó la gimnasia, es porque vi a Nadia Comanechi (perdón si no se escribe así) por televisión haciendo unas piruetas formidables y compitiendo con otras, situación que le
permitió obtener la calificación perfecta: 10. Solo me vinculaba a ella nuestra contemporaneidad y los sueños de alcanzar lo alcanzable, pero se me olvidó que yo no era atleta de alto rendimiento y que ni mis padres podrían inscribirme a ninguna escuela de gimnasia (además de que no existía en la ciudad de las avispas) por falta de recur$o$.
Ahora, cuando pienso que soy dueña de mis actos y de mi descordura, sigo en las mismas, no soy quien hubiera querido ser..por qué? sigo preguntandomelo. Pero creo que si lo se, simplemente no he tomado las decisiones correctas, y no las he tomado muy seguido. Y para mi esa es la clave: decidir con frecuencia, y dejar que el resto de nuestro YO haga lo demás.. YO soy YO cuando tomo decisiones, lo demás mio es una cosntrución colectiva.
Asi que, para ser feliz, simplemente hay que tomar la decisón de serlo, y obviamente revisar la condición de nuestro 'demás', porque aunque yo quiera ser feliz, tal vez mi 'demás' no esté preparado para serlo. Hay algo nuestro que solo sirve de conector del mundo exterior con el interior, y pienso que ese 'algo' lo descubrimos, cuando tomamos decisiones.
En fin...
Y ya que escriba alguien más, en verdad que me siento en el limboooo.... snif¡
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