La sombra de mi silueta se estampa en mi cuarto,
tiene miedo de salir de estas paredes que le protegen,
no olvida el dolor de aquellos que le lastiman y golpean,
se queda callada e inmóvil.
Etérea se resbala por las frías paredes,
se comunica con las cuarteaduras del alma,
no deshecha las gratitudes, esas las sostiene como una araña,
se acoraza en la quietud porque le da paz.
Golpea mi anatomía porque quiere traslaparse a otro refugio,
tiene miedo de quedarse aquí y no poder escapar,
toma los desperdicios de la esperanza y los sostiene,
se erige fuerte como un roble que detenta las tormentas.
La sombra de mi silueta repite mi nombre,
tiene temor a que mi memoria lo extravíe,
no oferta felicidad pero la procura,
se detiene, me acaricia, se empalma en mí,
llora a mi lado y como dos extraviadas nos consolamos esperando que llegue el día.
1 comentario:
HOla, por aquí estoy otra vez. Me me gusta como escribis y eso que no soy de poesías, pero reconozco que aún así suele echar un vistazo.
Gracias por pasar por mi blog.
Un saludo y sigue así.
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